Albi, Cordes-sur-ciel, Ambialet, Monestiés, Carmaux… esta región alberga auténticos tesoros. Sus bastidas, sus pueblos y los parajes naturales de Ségala ofrecen una paleta de impresionantes descubrimientos. Emociones fuertes tanto para amantes de la historia como para aficionados al deporte al aire libre.

La región albigense es bien conocida por Albi y por su ciudad episcopal, pero no son los únicos tesoros de la región. Ambialet, situada sobre los meandros del TarnCordes-sur-Ciel, que se eleva por encima de los cielos, Monestiés y sus estatuas a tamaño natural, Penne y su vertiginoso castillo… por decir algunos, son lugares que merece la pena visitar. Déjese llevar por sus deseos, no le decepcionarán.

Como si fueran muñecas rusas, estas impresionantes ciudades albergan innumerables tesoros arquitectónicos, históricos o artísticos en su interior, como la Catedral de Santa Cecilia, el museo de pintura Henri de Toulouse-Lautrec en el que hay expuestas más de 1000 de sus obras, el bosque de la Grésigne, el viaducto de Viaur, los frescos de estilo bizantino del artista estonio Nicolaï Greschny en Monts d’Alban… Un inmenso patrimonio heredado a lo largo de los siglos y del saber de los hombres.Y el tiempo no parece tener prisa alguna en estas maravillosas joyas. Al visitar estos lugares y contemplar estos monumentos, al remontarse en la historia pasando por una antigua callejuela o al pasear por la (espléndida) naturaleza que le rodea, comprenderá la identidad albigense.

48 bastidas albigenses (Tarn).

Los «verdaderos» lugares albigenses (cátaros) de Tarn

  • En Lombers tuvo lugar el Concilio entre obispos albigenses y católicos en 1165.
  • En Castres se encendió la primera hoguera cátara de la historia por Simon de Montfort en 1210.
  • En Lavaur tuvo lugar la mayor hoguera cátara de la historia de los Cátaros, dirigida por Dame Guiraude Laurac (400 perfectos quemados en 1211 – Montségur 200 perfectos en 1244)
  • Hautpoul fue asediado y destruido por Simon de Montfort en 1212. Los habitantes se refugiaron en el valle y fundaron Mazamet.
  • Lagarde Viaur, localidad mencionada en la canción de la Cruzada, resistió en 2 ocasiones a los asedios de Simon de Montfort.
  • Cordes sur Ciel y Castelnau de Montmiral, prototipos de bastidas diseñados ambos en 1222 durante la cruzada para proteger a los hombres y mujeres buenos de los pueblos y ciudades destruidos por por Simon de Montfort. Rabastens, «nido de herejes», se vio obligado a destruir sus murallas en 1229.
  • Y por supuesto, Albi, sede de la Inquisición desde 1277 con el palacio de la Berbie y su catedral «fortaleza de Dios» (1282 -1480).
  • Varios lugares como Ambialet, Marssac, Castelnau de Lévis, Labastide de Lévis, Saint-Sulpice, Giroussens, Penne d’Albigeois, Labastide Rouairoux… también fueron marcados por la famosa cruzada.

¡Atención, es un error! ¡Un error del francés herético! Es frecuente escuchar o leer «la cruzada de los albigenses»… ¡Pues no! Es CONTRA los albigenses que vinieron para cruzarse con los señores procedentes del norte, entre ellos Simon de Montfort.